Cuando los recién nacidos prematuros o de bajo peso al nacer son demasiado inmaduros o no se encuentran bien para succionar los alimentos, pueden recibir la leche a través de un tubo de alimentación que se pasa por la nariz o la boca. Aunque los tubos colocados por la nariz pueden ser más estables y menos propensos a desplazarse que los tubos que pasan por la boca, existe la preocupación de que los tubos nasales obstruyan parcialmente la respiración. Solo se encontraron tres ensayos pequeños que compararon estas dos opciones y no encontraron evidencia convincente que apoyara el uso rutinario de una vía en lugar de la otra.
No se dispone de datos suficientes para informar la práctica. Se necesitaría un ensayo controlado aleatorizado grande para determinar si el uso de sondas de alimentación nasales versus oroentéricas afecta la alimentación, el crecimiento y el desarrollo, así como la incidencia de eventos adversos en los recién nacidos prematuros o de bajo peso al nacer.
Los tubos de alimentación enteral para los recién nacidos prematuros o de bajo peso al nacer se pueden colocar por la nariz o la boca. La colocación nasal puede comprometer la respiración. Sin embargo, los tubos colocados por vía oral pueden ser más propensos al desplazamiento, a la irritación local y a la estimulación vagal.
Determinar el efecto de la colocación nasal versus oral de las sondas de alimentación enteral sobre la tolerancia a la alimentación, el crecimiento y el desarrollo, y la incidencia de eventos adversos en los recién nacidos prematuros o de bajo peso al nacer.
Se utilizaron los métodos de búsqueda estándar del Grupo Cochrane de Neonatología (Cochrane Neonatal Review Group). Incluyeron búsquedas en el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials) (The Cochrane Library, 2012, Número 10), MEDLINE, EMBASE, y CINAHL (hasta septiembre 2012), los resúmenes de congresos y las revisiones previas.
Ensayos controlados aleatorizados o cuasialeatorizados que compararon la colocación de sondas de alimentación enterales por vía nasal versus oral en recién nacidos prematuros o de bajo peso al nacer.
Los datos se extrajeron mediante los métodos estándar del Grupo Cochrane de Revisión Neonatal, con evaluación independiente de la calidad del ensayo y obtención de datos por parte de dos autores de la revisión. Los datos se resumieron mediante el modelo de efectos fijos y se informaron por medio del riesgo relativo (RR) característico, la diferencia de riesgos (DR) característica y la diferencia de medias ponderada (DMP).
Tres estudios cumplieron los criterios de elegibilidad de la revisión. Dos fueron ensayos de grupos paralelos (van Someren 1984; Dsilna 2005) y uno fue un ensayo cruzado (cross-over) ( (Bohnhorst 2010). Los dos ensayos controlados aleatorizados de grupos paralelos reclutaron 88 recién nacidos prematuros. Solo un ensayo informó datos sobre los resultados primarios preespecificados para esta revisión. En este ensayo no se encontró evidencia de un efecto sobre el tiempo que se tarda en establecer la alimentación enteral o el tiempo que se tarda en recuperar el peso al nacer. Sin embargo, el ensayo no tuvo el poder estadístico suficiente para excluir tamaños de efecto modestos. Se identificó un ensayo aleatorizado cruzado en el que participaron 35 recién nacidos muy prematuros. En este estudio no se encontraron efectos estadísticamente significativos sobre la incidencia de apnea, desaturación y bradicardia durante el período de estudio.
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